6 de julio de 2008

POBRE MEXICO NUESTRO

El 4 de junio del presente año, Carolina Aranda Cruz, de 11 años, estudiante de quinto de primaria, fue invitada a dar un discurso en el World Trade Center ante cientos de pediatras y del secretario de Salud. Su discurso termino con una frase devastadora: "Pobre México nuestro, tan cerca del futbol y tan lejos de la ciencia". Algunos extractos de su discurso son apabullantes; Carolina dice:"¿Por que apoyar mas a los futbolistas que a los cienti­ficos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten mas? No creo, gracias a los cienti­ficos tambien nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, los ipods, los simuladores. Ademas, salvo algunos casos, los jugadores de futbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros cienti­ficos, que nadie apoya, no". Y en otro segmento de su discurso expone: "Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en futbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor universidad de Hispanoamerica, según la revista Time, y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya dá resultados? Un país que no invierte en ciencia y educación siempre será un paí­s pobre. ¿Queremos un México pobre?" ¡Qué les parece! Carolina le dio al clavo, y por demás, pues tiene razón. Ya lo vimos, por poco perdemos en futbol con Cuba, paí­s donde ese deporte casi no se juega, y perdimos con Honduras. Pero ejemplos de esos abundan en la historia del futbol mexicano. Por otro lado, cabe mencionar otra vergüenza. El discurso de Carolina dío tuvo eco en un medio de comunicación escrito y en uno televisivo. La pobreza noticiosa de los medios de comunicación también se evidencia. Y las cosas no cambian. Hace más o menos seis años, tres jovenes mexicanos ganaron medallas de plata y bronce en una olimpiada cientifica en Dinamarca, donde compitieron 52 países. Ningún medio de comunicación vio importancia alguna en mencionarlo en algún segmento. Estaban muy ocupados con señalar las medallas de Ana Guevara, de quien tambien estamos muy orgullosos. Pero tanta diferencia, ¿se vale? Yo pienso que no. La semana que acaba de pasar Televisa llevá a cabo su foro anual llamado Espacio. Creo que cerca de 5 mil universitarios asisten para escuchar a diversos personajes de la vida academica y poli­tica. Entre los invitados estuvo el actual director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologi­a (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks. La ocasión hubiera sido perfecta para hablar sobre los proyectos que tendr­a el Conacyt para impulsar las oportunidades en la ciencia para los jóvenes, o de las estrategias para desarrollar la tecnologia que requiere el país en los próximos años y que podrí­a abrir abanicos de oportunidad para la juventud. Pero no, habló sobre la moral. Yo no tengo nada en contra de la moral, pero hubiera sido moralmente s correcto para el director del Conacyt explicar, presentar o desarrollar temas sobre los cuales cientos de jovenes en el pai­s estan preocupados y que se relacionari­an con su futuro como mexicanos con oportunidades. Tambien la semana pasada ocurrió algo que me llama la atención, por no decir que me sorprendió sobremanera. Y esto fue la noticia destacada, también en pocos medios, de que el subcomediante Marcos estaba criticando las acciones del jefe de Gobierno del Distrito Federal en contra del crimen organizado, llamando despojo a las expropiaciones. O sea, si bien entendí las notas, procurar romper las redes de corrupción de delincuentes es despojo. Quedo con un poco de desorientación. Sería bueno preguntarle a Marcos si lo que ocurre con el Auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM se le denomina "despojo" o "expropiación". En fin, estimados lectores, como pueden ver, en nuestro paí­s tenemos mucho que deplorar, mucho de qué sonrojarnos y mucho que dejar de arropar.

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